5. HIPERTEXTO E HIPERMEDIA.


Lecturas recomendadas: CANALS, 1990; ELLIS, 1990; GARCÍA MARCO, 1996; NIELSEN, 1990; SEYER, 1991; MARTIN, 1990; MOSCOSO y CARIDAD, 1991; CONKLIN, 1987; MCKNIGHT, DILLON y RICHARDSON, 1991; DÍAZ, CATENAZZI y AEDO, 1996; LANDOW, 1995; COVICE, 1994; RODRÍGUEZ DE LAS HERAS, 1991; LYNCH, 1994.

5.1. Orígenes del hipertexto.

Los términos hipertexto e hipermedia son ahora un lugar común al hablar de las nuevas tecnologías de presentación y acceso a la información, y se están revelando como una herramienta imprescindible en lo respecta tanto a la representación de documentos e información, como herramienta para procesos comunicativos y formativos en todos los ámbitos (CANALS, 1990). Sin embargo, y a pesar de su pretendida novedad, este enfoque de organización y acceso a la información tiene antecedentes desde la década de 1940 (GARCÍA MARCO, 1996). En tan temprana fecha, Vannevar Bush ideó un sistema de control, gestión y acceso a la documentación al que llamó MEMEX, y cuya idea principal era utilizar un principio de asociación de conceptos entre recursos informativos, de tal forma que el usuario pudiese acceder a estos recursos, independientemente de su tipo, simplemente utilizando la asociación de ideas. El sistema no llegó nunca se ser construido, por la dificultad técnica que suponía. Hubo que esperar a la década de 1960 para que Douglas Engelbart, un investigador del Stanford Research Institute, dirigió un proyecto de investigación para desarrollar máquinas, basadas en sistemas informáticos, que permitiesen aumentar la capacidad intelectiva humana, y gracias al cual se introdujeron conceptos técnicos sin los cuales no sería posible el hipertexto: sesiones interactivas, dispositivos señaladores, ventanas y escritorios... que permitían gestionar gran cantidad de información según criterios jerárquicos y asociativos. El final del proyecto supuso que gran parte del equipo de trabajo pasó a Xerox, donde desarrollaron los fundamentos de los sistemas operativos de interfaz gráfico tan extendidos en la actualidad (MacOS, Windows, X-Window...).

En la misma década que Engelbart, Theodor Nelson acuño el término hipertexto, al que definió como "escritura no secuencial". Retomando el concepto de asociación de Bush, por otra parte completamente aceptado por los estudios sobre el comportamiento del pensamiento humano, Nelson trabajaba en un proyecto para introducir, organizar y recuperar toda la información del mundo en un sistema informático, utilizando el principio de la asociación de ideas y documentos, al que llamó Xanadu. En este sistema los documentos se relacionaban utilizando enlaces a fragmentos y citas comunes, en un entorno de red informática en el que podían participar numerosos ordenadores. El proyecto Xanadu, comenzado en la Universidad de Harvard, en la que no cuajó, pasó a ser desarrollado en Australia, y recientemente Nelson ha pasado a trabajar en varios proyectos de investigación en Japón, siempre en el ámbito del diseño y desarrollo de sistemas hipertextuales.

Como consecuencia directa de los proyectos enumerados, en la segunda mitad de la década de 1980 comenzaron a aparecer en el mercado gran cantidad de de aplicaciones y herramientas para ordenadores personales, que facilitaban la creación de sistemas hipertextuales a nivel personal, y que en los últimos años incorporan capacidades multimedia, generando de esta forma sistemas hipermedia. Las nuevas generaciones de STRID, así como los últimos desarrollos de SGBD incorporan mecanismos especializados para organizar la información utilizando, si el usuario lo desea, de forma hipertextual, incorporando mecanismos de acceso a diferentes tipos de información (gráfica, sonora...).

5.2. Conceptos de hipertexto e hipermedia.

5.2.1. Hipertexto.

Las ideas expuestas en el bloque anterior deben servir como una primera aproximación al concepto de hipertexto. Como señaló Nelson, el hipertexto se basa en la escritura, y en la lectura, no secuencial de los documentos (NELSON, 1990: 1-3). Esto supone la existencia, y la adopción, del criterio de asociación de ideas y conceptos como principio organizador del conjunto de documentos, del conjunto informativo (LANDOW, 1995). Este tipo de organización no puede reflejarse adecuadamente en material impreso, ya que en éste predomina la linealidad. Sin embargo, existe la posibilidad de superar esa linealidad, utilizando como herramientas sistemas informáticos capaces de establecer relaciones entre ficheros. Dos elementos clave en estos sistemas son los de enlace y nodo. Un nodo es un documento o elemento informativo, en soporte informático. Entre nodos pueden establecerse relaciones y asociaciones a través de enlaces. De esta forma, dos documentos que contengan conceptos relacionados pueden ofrecer acceso directo uno a otro, o a la parte de los mismos que sea pertinente. Por otra parte, es establecen varios caminos posibles para acceder a la misma información.

5.2.2. Hipermedia.

El panorama esbozado es perfectamente comprensible desde una perspectiva textual, en la que los nodos corresponden a documentos con información escrita. Sin embargo, la información y la documentación actual incorporan gran cantidad de componentes gráficos (estáticos o dinámicos), sonidos u otros complementos (MOSCOSO y CARIDAD, 1991). La evolución de la tecnología informática ha hecho posible que estos documentos no textuales sean incorporados en formato digital a los sistemas informáticos. Como consecuencia, los sistemas hipertextuales han evolucionado hasta disponer de las capacidades necesarias para incluir en los sistemas hipertextuales documentos e información con presentación gráfica y/o sonora. Esta inclusión, o expansión de las funciones de gestión de información a cualquier forma que pueda presentar la misma, manteniendo como criterio la asociación o relación de conceptos, es lo que caracteriza a un sistema hipermedia.

La creación de estructuras informacionales que integran hipertexto e hipermedia dan lugar a un nuevo concepto de documento electrónico dinámico, cuyas características ha resaltado Martin (MARTIN, 1990: xii):

"The term hyperdocument refers to an electronic document which combines hypertext with diagrams, possibly sound, animation, or video, and possibly other types of software... with hyperdocument software we can create "intelligent documents" which guide their users, have built-in artificial intelligence or expertise, and can adapt themselves to user's needs. Many separate documents can be electronically interlinked."

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Fig.5.1. El hipertexto/hipermedia se basa en el enlace entre informaciones de diferente tipo.

5. 3. Componentes de un sistema de hipertexto/hipermedia.

Para que sea posible una existencia real de los conceptos de hipertexto e hipermedia, deben utilizarse aplicaciones que sean capaces de crear los vínculos y asociaciones entre los documentos. Las aplicaciones ofrecen unos elementos particulares que facilitan la creación y navegación por las estructuras hipertextuales (CONKLIN, 1987; NIELSEN, 1990: 101-114):

  1. Un conjunto de ficheros que contienen los documentos relacionados.
  2. Ventanas de presentación de los documentos, las cuales son modificables en tamaño y posición.
  3. Dispositivos señaladores, que facilitan la selección y el acceso a los documentos mostrados en las ventanas.
  4. Punteros o enlaces, que generalmente utilizan una representación gráfica distinta a la del resto del material informativo, en forma de color, iconos, botones...
  5. Herramientas de creación de enlaces y anotación de la navegación, lo que da al usuario la posibilidad de crear sus propias asociaciones y documentos.

Estas funcionalidades se integran en una herramienta que en el entorno hipertextual es conocida como "browser", navegador o visualizador. El visualizador actúa como una interfaz, que muestra al usuario el contenido informativo de los documentos que selecciona, mediante la selección de enlaces. Suele completarse con la posibilidad de ejecutar búsquedas en el texto completo que contienen los documentos., y/o búsquedas más rígidas utilizando lenguajes clásicos de interrogación. La interrogación, sea de texto, imágenes o sonidos, suele realizarse a través de la ejecución de patrones, que representan una necesidad dada de información por parte del usuario. Además, una completa aplicación para este ámbito debería ser capaz de generar mapas gráficos de la estructura hipertextual, y utilizar estas representaciones para acceder directamente a los documentos deseados.

La visión que obtiene el usuario mediante el visualizador es una visión transparente, integrada, en la que no resulta complicado navegar de un documento a otro. Esta aparente facilidad no debe ocultar que los documentos pueden encontrarse en diferentes ficheros informáticos, e incluso en diferentes ordenadores, formando lo que se llama repositorio de información, que será tratado con más detalle en el próximo capítulo, por su relación con las bases de datos multimedia.

Los sistemas y estructuras de hipermedia pueden además incorporar inteligencia embebida, es decir, ser capaces de ejecutar otras aplicaciones o de tomar decisiones, acordes con la actividad desarrollada por el usuario, tanto en la utilización de los enlaces como en el acceso a los contenedores.

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Fig.5.2. Ayuda de Windows 95: un sistema de hipertexto.

5.4. Tipos de sistemas de hiperdocumentos.

Las aplicaciones de los sistemas hipermedia pueden ser múltiples, y sólo se encuentran limitadas por la capacidad de la aplicación o herramienta elegida, y por los criterios fijados por los creadores y usuarios. Se han establecido algunas grandes categorías que engloban las posibles clases de sistemas (MARTIN, 1990):

  1. Macroliterarios: trabajos y artículos relacionados con bibliografías, críticas, comentarios...
  2. Colecciones de documentos: información organizada sobre un tema, de gran tamaño (servicios de información industrial y técnica, servicios bibliotecarios...)
  3. Herramientas de exploración de problemas: organizar material e ideas desconectadas para estructurar una idea general.
  4. Conjunto interrelacionados de información: informaciones diversas que son útiles si se asocian (modelos complejos, información policial...).
  5. Documentos largos y complejos: manuales, regulaciones... (productos, metodologías, referencias legales, guías...).
  6. Documentos inteligentes: combinado con inteligencia artificial mediante sistemas expertos (Diagnósticos, autoenseñanza, ayuda sensible al contexto...)

La anterior divisiión no es obstáculo para poner en relación, en un sistema informático, una aplicación de hipertexto con otras aplicaciones, de cuya interacción puedan beneficiarse ambas, como pueda ser un sistema de gestión de bases de datos, aplicaciones ofimáticas, sistemas de apoyo a la decisión, ayudas en línea o sistemas expertos.

5.5. Navegación y exploración de un sistema hipertextual.

La utilización de un sistema hipertextual por parte de un usuario se basa en la navegación o exploración de los contenidos informativos del mismo. (MCKNIGHT, DILLON y RICHARDSON, 1991: 75-86). Exploración o navegación que ofrece diferencias respecto a la lectura tradicional de un documento, ya que el documento hipertexto posee características distintivas, como la duración temporal, la situación espacial, la variabilidad de la presentación o la reutilización del documento o de sus partes en la generación de nuevos documentos (LYNCH, 1994).

La exploración de un espacio de información como el que configura un sistema hipertexto/hipermedia puede provocar problemas en el usuario, como el citado desbordamiento cognitivo. El propio mecanismo de exploración/navegación se basa en el paso entre conceptos asociados, transición establecida y controlada por el usuario final (COVICE, 1994). Por lo tanto, los sistemas deben ofrecer mecanismo de apoyo a la navegación, en dos áreas:

  1. Revisión histórica del proceso de exploración.

  2. Situación del usuario dentro del espacio informativo.

Los sistemas deben ofrecer al usuario mecanismos para controlar en todo momento el proceso seguido, desde el comienzo, hasta llegar al documento actual. De esta forma se puede limitar el impacto de la pérdida del objetivo inicial. Una segunda acción es la posibilidad de utilizar mapas de la estructura del sistema de hipertexto, que permitan al usuario conocer su situación en todo momento. De esta forma se complementa el acceso por exploración con el posible acceso directo al documento o nodo deseado. Estos mecanismos de apoyo pueden implementarse directamente, o bien utilizar metáforas (bi o tridimensionales), representativas de las acciones y decisiones del usuario (NELSON, 1990: 127-137).

5.6. La recuperación de información en un sistema de hipertexto o hipermedios.

El acceso al documento, en el contexto de los sistemas de recuperación de información y de bases de datos documentales, se realiza, generalmente, mediante la composición y ejecución de expresiones (ecuaciones) de búsqueda. Sin embargo, y como se ha señalado con anterioridad, en principio organizador de las estructuras hipertextuales es la asociación. Esto implica que el mecanismo de acceso y selección de la información relevante es diferente al "tradicional", y que los processos mentales desarrollados por el usuario serán diferentes en varios aspectos.

En el acceso y la recuperación de información en un sistema de hipertexto o hipermedios se han diferenciado seis grandes categorías de actividad (ELLIS, 1990):

  1. Inicio: fase inicial de búsqueda de información.
  2. Encadenado: proceso de navegación siguiendo las secuencias entre documentos o conceptos pertinentes, utilizando los enlaces existentes en los documentos.
  3. Búsqueda por visualización: también llamada búsqueda semi-directa. Consiste en consultar listados de referencias o enlaces que el sistema debe ofrecer al usuario, previo al acceso al documento.
  4. Diferenciación: empleo de diferencias entre varias fuentes, y sus tipos, como criterio de filtro y calidad de los documentos.
  5. Monitorización: control del desarrollo de un área de conocimiento utilizando como referencia fuentes seleccionadas.
  6. Extracción: uso sistemático de una fuente como herramienta de identificación de información pertinente.

Las categorizaciones establecidas demandan del sistema que soporta la estructura hipertextual avanzadas funcionalidades: recuperación en texto completo, compilación de listados de referencia, mecanismos de creación de mapas de navegación... De ello se puede deducir que la capacidad de recuperación de información en un sistema de estas características está íntimamente ligado con las herramientas de soporte que ofrece, no sólo de organización y de visualización.

5.7. La creación y organización de hiperdocumentos.

Los sistemas de hipertexto e hipermedia ofrecen al usuario la posibilidad de navegar, utilizando criterios de asociación, entre gran cantidad de documentos. En numerosas ocasiones, y dependiendo del tipo de sistema, esas asociaciones han sido creadas por terceros, según un conjunto de criterios lógicos y comprensibles, o al menos así lo han intentado. Sin embargo, la bibliografía ha recogido la existencia de problemas cuando un lector se enfrenta a una estructura de información que utiliza el hipertexto como principio organizativo (RODRÍGUEZ DE LAS HERAS, 1991).

Entre esos problemas deben citarse la posible desorientación del usuario, causada por el desconocimiento de la estructura de la información y de los medios existentes para navegar por ésta; el desbordamiento cognitivo, provocado por la dificultad en mantener el mismo nivel de concentración en el proceso de navegación que en la comprensión de la información a la que se accede; por último, los posibles errores en la interpretación de la relación implícita en los enlaces y nexos que unen los documentos.

Para crear hiperdocumentos es preciso respetar ciertas normas que eviten el amenazador "hipercaos". El hiperdocumento se divide en unidades de información, cada una de las cuales se encuentra en un envoltorio o contenedor, organizándose mediante un conjunto de criterios que pueden combinar la jerarquía con la asociación, de forma tal que la organización de las unidades sea claramente visible para el usuario. El factor de éxito en la construcción de hiperdocumentos es la división en nodos y los criterios pertinentes adoptados. Sin embargo, no debe olvidarse en ningún momento que el objetivo final es la comprensión activa y provechosa por parte del usuario, en un proceso comunicativo diferente a la lectura secuencial tradicional. Esto exige claridad de estructura, de organización de ideas, de lenguaje, de gráficos e ilustraciones y de mecanismos de navegación, de tal manera que el hiperdocumento resulte ser mucho más visual que el libro tradicional. Todas estas cuestiones hacen inevitable un riguroso estudio del usuario: quién es, porqué lee, qué sabe, que comprende, qué le resulta de valor...

Se han definido varias aproximaciones para la construcción de hiperdocumentos (SEYER, 1991: 93-117; DÍAZ, CATENAZZI y AEDO, 1996: 146-163). De esta forma, el diseñador puede optar por utilizar aproximaciones basadas en tabla de contenidos, jerárquico o de índices (en todos ellos se seleccionan opciones tomadas de menús que se ofrecen al usuario), mediante hipermapas (gráficos que representan la estructura del conocimiento almacenado en el hiperdocumento), visitas guiadas (especialmente para usuarios no expertos), tablas de decisión (según las opciones seleccionadas por el usuario se accede o ejecutan diferentes procesos), o plenamente empírica (basada en al experiencia del usuario y del diseñador, y en la observación del comportamiento del usuario). Por supuesto, estas aproximaciones no son excluyentes, si no que pueden combinarse.

Para terminar, cabe realizar una última, pero no por ello menos importante, consideración. Por sus propias características, un verdadero sistema hipertextual no debería ser un sistema cerrado, sino un sistema abierto y dinámico. Esto supone la necesidad de establecer unas normas de actualización y mantenimiento de la información introducida, de tal forma que se asegure la consistencia del conjunto, independientemente de su variabilidad espacial y temporal.